martes, 25 de febrero de 2025

De vacaciones, pero... ¡preparando todo y empezando a jugar!

  


Esta Marcelita veraniega y feliz del pasado desea que todxs hayan pasado unas muy hermosas vacaciones. Y les trae novedades...




Este año vamos a trabajar con este blog. Aquí les voy a dejar textos, consignas, musiquitas y videos. De todo un poco, bah...

Ejemplo: hace un par de años vi una película que me encantó, Dolor y gloria, de Almodóvar. Y quiero compartir con ustedes una escena con su canción preciosa: aquí se las dejo 

Me gusta el encuentro de mujeres, aunque estén trabajando muchísimo, al sol, lavando a mano; hay una complicidad y unos lazos entre ellas. Me gusta la mirada del nene. Me gusta el brillo del agua y las sábanas blanquísimas abultándose en el aire. Me gusta la canción, muchísimo. Me gustan estos versos:"a tu vera, siempre a la verita tuya".

Cuéntenme ustedes qué les gusta, si tienen ganas. O escriban un pequeño texto usando esta escena tan íntima como disparador. Cuando me envíen sus textos, los copio y pego aquí mismo en el blog.

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Los textos de ustedes


Laury
Mi refugio
 
Siempre me diste la seguridad que necesitaba, tu espalda mi sostén, tus ojos café, mi refugio.
La alegría de mi infancia llegó en una sonrisa que tu boca le regaló a la mía y la primera música que recuerdan mis oídos, una canción que rimaba con la dulzura de tu voz.
La transparencia de tu alma se asemeja al agua que en el río corre, salvo que tu alma no se mueve de mi lado.
Un sombrero ancho te cuida del sol envidioso porque no le puede hacer sombra a tu luz.
El cansancio de tu cuerpo que disimulas en un baile con las otras mujeres, entre juncos y sábanas, ellas eran como vos, pero eso lo entendí mucho después.
Tus manos ligeras y finas, moviendo sus dedos como los peces jaboneros que tanto me gustaban.
Las matas de hierbas cubiertas de blanco como en una simbiosis entre arbusto y tela, “te permito secarte si me das tu sombra”, eran parte de un escenario que terminaba donde sale el sol y se pierde el verde.
También en el agua otro pequeño blanco se diluye entre naranjas serpenteando a su alrededor, la ramita que me diste, liviana para mi pequeña mano, era la batuta que marcaba el ritmo del baile acuático.
Es una mañana que dura más que un día, donde el sol permanece estático, donde todos los colores que tienen tu belleza, se mimetizan en la imagen que mis ojos, sin saber porque, querían retener.
Esa escena nítida me regalaste para que guarde en ese lugar del cuerpo donde se guarda lo que hace bien.
Ahora también puedo ver tu mirada profunda y escondedora de dolores y tristezas, tu cuerpo pequeño, pero a la vez tan fuerte y tu sonrisa… siempre tu sonrisa.
No sé cuánto pasó, no tengo registro ni siquiera que es un recuerdo.
Está vivo atrás de mis párpados, puedo sentir la brisa que embolsa mi camisa, las piedritas y el río, las gotas que provoca la varita salpicando mi cara, el blanco sobre el verde, las mujeres bailando, la mañana y el sol, una canción, mi felicidad y tus ojos café.
 


Silvia
Me gusta cuando la lluvia cae por primera vez en un párpado, en las cosas;
en la ansiedad de una palabra a punto de explotar en la boca,
en la oración perdida;
en la canción, en las manos del pianista y en el techo improvisado;
en el jabón, en cada forma, en lo aclarado;
en la puerta de un beso, en un secreto.
Me gusta que después de todo el recorrido y lo acopiado
se derrita en la orilla y vuelva.
 
 
 
Rosana
Imágenes de una aldea de Almodóvar
 
Cuatro mujeres lavan la ropa en el río
Lavan la ropa en el río con pañuelos en la cabeza
Con pañuelos en la cabeza cuatro mujeres jóvenes
 
Y un niño
 
Cantan una canción con dulces voces agudas, afinadas
Cantan una canción con pausas de espera y silencios
 
Y sonríen
 
Y el niño
revuelve el agua con un palito
Revuelve el agua y en torno al jabón,
unos pececitos
Y tienden sobre la zarza
Y cantan
 
 
 
Adri
Sábanas blancas
 
Los muslos se insinúan
bajo la pollera
que tapa, pero no oculta.
El agua corre y canta
con la frescura
de un deseo adolescente
que aparece sin avisar
Ellas sudan y lavan
a la vera del río
ropas y miserias.
A la vera del rio
se oyen sus voces
mientras las sábanas
vuelven a ser blancas.



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