Elegí un lugar que ames, que te guste mucho, o al que estés ligado emocionalmente por cualquier motivo. Puede ser el lugar en el que naciste, un lugar en el que hayas vivido muchos años, un lugar al que hayas viajado y del que te hayas enamorado, un lugar con el que sueñes, un lugar que siempre deseaste visitar y solo conocés por fotos o por la web.
El lugar puede ser: un barrio, un pueblo, una
ciudad, una playa, un accidente geográfico, un país. En definitiva, cualquier
lugar que ames o que odies, pero que te importe, que no te sea indiferente. Una vez que hayas elegido ese
lugar, escribí un texto en forma de lista (sí, otra lista jejeje) en el que enumeres
las razones por las cuales es importante para vos.
Si querés podés empezar cada oración con las mismas palabras, por ejemplo: todas las oraciones
pueden empezar con “amo Córdoba porque…” o “Buenos Aires es mi ciudad
porque…” o “vuelvo a Mar del Plata porque…”.
Podés jugar con el tiempo y también con las oraciones, que pueden ser algunas cortitas y otras más largas.
►IMPORTANTE: Esta consigna es la primera de una serie (de, al menos, cuatro consignas, quizás más) que va a girar alrededor de este lugar. Si ves que el lugar se agota apenas empezás a escribir, te sugiero que pruebes con otro hasta que encuentres uno del que tengas mucho para decir.
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LOS TEXTOS DE USTEDES
Me encantó Península de Valdés primeramente porque la visitamos con una pareja que conocimos en Las Grutas, provincia de Río Negro.
Me encantó el clima agradable porque no padecí la humedad que caracteriza la zona donde vivo.
Me encantó Puerto Pirámides por el color de esas aguas verde esmeralda y su playa y el barco, semejante a un tipo de paraíso.
Me encantó la pasividad en ese lugar porque me encontré por unas horas sin ningún tipo de conexión tecnológica.
Me encantó Puerto Madryn, donde compartimos la merienda con nuestros compañeros de viaje.
Me encantó observar lobos marinos alimentando a sus crías en las costas.
Disfruté del paisaje de su vegetación y de sus aves.
Disfruté de esa excursión porque a pesar de haber comenzado desde muy temprano y extendido hasta el atardecer, pude conocer muchos lugares.
Me encantaron esas vacaciones porque conocí gente nueva y pude intercambiar experiencias y anécdotas.
Me gustaría volver allí para seguir explorando lugares que me quedaron pendientes de visitar.
Amo Córdoba porque es el lugar donde recuerdo mis primeras vacaciones
Porque festejé muchos de mis cumpleaños en el camping de Cosquín
Porque en ese camping había un puente que atravesaba el río y pasaba un tren
Porque me regalaron una reposera plegable cuando cumplí cinco y por testaruda me apreté un dedo al abrirla
Porque esa vez todo el camping me cantó el feliz cumpleaños
Porque los viajes eran largos y mis preguntas acababan con la paciencia de todos
Porque mis primos vivían en La Falda, en un hotel con un parque inmenso y tenían de mascota un águila
Porque vivieron allí un tiempo mis tíos preferidos
Porque celebré mis 15 años en su casa
Porque pasé unas vacaciones de invierno sola con ellos
Porque de adolescente soñaba con vivir allá
Porque todavía lo sigo soñando
Porque cada rincón de la provincia es una postal
Por la alegría de la gente
Porque casi muero en unas vacaciones y ahora es solo una anécdota risueña
Por los ponchitos de pelo de llama que me compraba mi mamá y me obligaban a usarlos para ir al colegio
Porque vuelvo cada vez que puedo
Porque en la altura de sus sierras le hice frente al vértigo
Por sus arroyitos escondidos
Porque la energía de sus piedras sana
Porque la historia de algunas regiones me conmueve
Porque el Uritorco despertó mi fascinación
Por los alfajores
Porque vi el fuego devastando árboles y casas y animales y personas
Porque volví a lugares que recordaba el verde y todo era ceniza
Porque presencié el dolor de otros y lo hice mío
Porque conviven la sequía con las inundaciones
Porque volví después de mucho tiempo y me volví a enamorar de cada lugar que visité
Porque me llevó a la parte feliz de mi infancia
Por sus pájaros
Porque pude despertar con el sonido del río chocando con las piedras
Porque amo sentir el agua correr cuando me recuesto sobre las piedras
Porque me gusta el reflejo del sol en la mica que tienen sus piedras
Por la peperina y demás yuyos
Por el folclore que me lleva a tanta gente que amo
Por las curvas y contra curvas de los caminos
Por la arquitectura de algunas construcciones
Por el recuerdo de familia
Por la decepción de niña la primera vez que vi el cucú de Carlos Paz
Por las noches de música y asado con amigos
Porque no hay mosquitos
Porque puedo caminar y descubrir que la emoción sigue latente en cada lugar que piso
Por el chiste fácil de los cordobeses
Por mi primo Norberto
Porque su cielo tiene muchas más estrellas y una luna más grande
Porque algunos lugares parecen sacados de un cuento
Porque su capital no tiene nada que envidiar a Buenos Aires
Por la tonada
Por su aire caluroso durante los días de verano, por sus noches frescas
Por su frio intenso y seco del invierno, por la nieve que se deja ver cada tanto
Por los silencios casi mágicos de la noche
Porque su naturaleza y yo nos entendemos
Porque cada vez que voy descubro algo nuevo
Porque es donde me encuentro.
Elijo volver a La Patagonia porque me insistió para estar en esta lista, a pesar de que quería elegir otro lugar.
Elijo volver a La Patagonia porque me endulza con sus colores.
Elijo volver a La Patagonia porque sus caminos son portales.
Elijo volver a La Patagonia para respirar la calma de sus silencios.
Elijo volver a La Patagonia para que no sea más que fotos viejas en mi teléfono.
Elijo volver a La Patagonia para observar la variedad de sus sonidos.
Elijo volver a La Patagonia porque sus rutas me llevan a donde siempre quise ir y no sabía cómo llegar.
Elijo volver a La Patagonia para escuchar su cobijo en la inmensidad.
Elijo volver a La Patagonia porque hay lugares que aún no conozco.
Elijo volver a La Patagonia para escapar de lo que me atrapa en la ciudad.
Elijo volver a La Patagonia porque me magnetizan los recuerdos de mi visita.
Elijo volver a La Patagonia y capturar más fondos de pantalla soñados.
Elijo volver a La Patagonia porque no fui el pasado verano.
Elijo volver a La Patagonia para perderme en sus atardeceres mágicos.
Elijo volver a La Patagonia porque está en mi visionboard de este año.
Elijo volver a La Patagonia porque me llama y quiero responder a su deseo de encontrarnos.
Chapadmalal
Hay un lugar que no me exige.
Hay un lugar donde no me exijo nada más que el estar presente.
La suerte rebotó en mí cuando le permitió a mi familia conocer y hacerse su sitio en ese lugar sagrado.
Ese lugar reservado a los ojos del mundo qué me susurra otra realidad tan deseable.
ahí las cosas son sin apuro.
La naturaleza en su expresión sincera.
Los pájaros,
los bichos,
los sapos,
todos con su verdadera cara, lejos del mundo, en sus mundos.
Alquimia perfecta.
La quietud del campo y la complicidad que existe entre el mar y el sol.
No puedo más que sentir gratitud al poder presenciar su tan preciado pacto, su encuentro íntimo.
El aire es sanador, la arena es suave, el sonido del mar es el sendero más directo para reconectarme.
me ha conocido y aceptado en todas mis estaciones.
me devolvió vitalidad al yo ofrecerme en pedazos.
Como si no fuese justo. Como si fuese un favor, la tierra me regala un espacio donde ser, junto a ella, libre.
A M O
Amo ese pueblito abrazado por los cerros.
Amo su sol siempre brillante, que los pinta de distintos colores y
Amo que acaricie suavemente mi piel jugando con el viento.
Amo su cielo azul de postal de vacaciones entrecortado entre picos verdes, rojos y amarillos.
Amo la serenidad que invade mi alma mientras transito sus calles y contemplo sus cerros.
Amo su gente y sus colores.
Amo su piel morena y las trenzas renegridas de sus cholas.
Amo sus callecitas polvorientas en las noches bajo las estrellas.
Amo su río cantarín con sus guijarros juguetones.
Amo la luna sobre los cerros que no le teme al sol durante el día.
Amo la alegría de los carnavales y la tristeza de la cuaresma.
Amo el sonido dulce de la quena y la nostalgia de las zampoñas.
Y amo el llanto de una caja lejana cantando coplas.
Bienvenida
Siga la línea del pasillo que bordea la pileta
Pase por debajo del arco de las palmeras
No se despiste al mirar lantanas y asclepias
Son el seguro arribo de monarcas en primavera
Para entonces, ya habrá transitado más de un tercio de mi hogar
Abra la puerta, siéntese cómodamente en cualquier sillón del living
Disfrute el aroma del sahumerio, de las esencias relajantes
Mire detenidamente los cuadros detrás del sillón principal
Verá en blanco y negro los colores de esta familia
Si necesita una cama para descansar, para dormir, ahí la tiene, se puede quedar
Si pasa a la cocina le cebo un mate sentado alrededor de esta mesa redonda
Mire las plantas que cuelgan vigorosas sobre el estante del marco de la ventana
Esta cocina de especias, de platos blancos y copas para el vino será como un refugio
En el que compartiremos el pan
Siéntase usted bienvenido por favor
Y desde aquí vea la parrilla del quincho y el sol del patio de atrás
Habrá llegado entonces, recorriendo las venas, al corazón de mi casa
Mi lugar favorito en el mundo.
Mi hogar
Amo Buenos Aires
aunque duela y me de miedo
aún así los domingos de sol es todo un lujo
ir con el mate cerca del río
con un libro, una reposera
y, si dios quiere, una buena compañía
Amo buenos aires
aunque las distancias son inmensas
y las calles duelen sus sueños sin casa
y los semáforos son cómplices
de los pibes que venden o limpian parabrisas
juntando unas monedas para morfar
Amo Buenos Aires
aunque no entiendo
donde se perdieron los juegos de la siesta,
mí mamá llamando ¡a tomar la leche!
y los que entrábamos
éramos todos los que jugábamos
en las veredas con árboles.
Amo Buenos Aires
aunque muchas veces quiero irme
abandonarla
no acordarme más de ella ni en mis sueños
enterrarla en el olvido y ofenderla
para que no me siga donde vaya
pero acá estoy
La Luna
Me imagino que es el mejor lugar para estar sentado en una pequeña montañita de polvo y admirar las estrellas.
Me fascina la idea de dar un pequeño saltito y terminar muy lejos, tal vez en algún cráter.
¿Será este asteroide parecido al b612?
El silencio seguramente lo ocuparía todo.
Si quisiera volver a la tierra me alcanzaría con un buen salto y abrir los brazos más adelante.
No habría nada de viento, ningún polen entraría en los ojos aunque tampoco podría remontar barriletes.
Sería testigo de todo aquello que se esconde en el lado oscuro.
Dormiría a la luz de la Tierra.
Se podrían hacer muchos y muy grandes castillos de polvo que ninguna marea alta hará desaparecer.
Un lugar donde podría dedicarme a fabricar relojes de arena que midan el tiempo muy lentamente.
Podría correr hasta el cansancio sin perderme
pudiendo regresar sobre mis huellas.
Un lugar donde nadie podría interrumpirme.
Les dejo por aquí este tema de Joaquín Sabina, "Cerrado por derribo"; es del álbum 19 días y 500 noches. Y lo comparto con ustedes porque allí menciona en un verso "el invierno en Mar del Plata", ustedes saben, mi lugar en el mundo. La musiquita del día
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